Nota de prensa 7 de junio de 2023

“Justicia de género y justicia climática deben ir de la mano”

Expertos y expertas en cambio climático y cooperación al desarrollo han explorado en Sabino Arana Fundazioa el impacto del cambio climático en las zonas más pobres del planeta, especialmente en África, y su interrelación con la variable de género

Seminario \ Seminario "Emergencia climática: desafíos para la cooperación descentralizada".

El planeta en su conjunto se ve afectado por el cambio climático, sin embargo su impacto se distribuye de manera desigual. Existe una correlación directa entre las zonas que más están sufriendo el calentamiento global y los mayores índices de pobreza. Las personas y países más desfavorecidos son quienes sufren más directamente este impacto. “La variable de género también tiene su impacto en los efectos del cambio climático, debido a la feminización de la pobreza en todo el mundo”, ha afirmado Mª Mar Alonso, directora del Área de Acción Climática de Ihobe, Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno Vasco, en el marco de la jornada “Emergencia climática: desafíos para la cooperación descentralizada”, que ha organizado Sabino Arana Fundazioa.

Una treintena de expertos y expertas en cambio climático y cooperación al desarrollo han participado en este encuentro que tenía como objetivo contribuir a intensificar el debate sobre la emergencia climática, especialmente en los países del Sur, y más concretamente en África,  y el papel que las políticas de cooperación deben asumir. Asimismo, se ha analizado la interrelación entre la desigualdad de género y el cambio climático.

Justicia climática con África

Jaime Mira Salama, de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) en Etiopía, ha explicado la labor de colaboración que realizan en la Agencia con socios locales para impulsar soluciones innovadoras y sostenibles en beneficio de las comunidades más vulnerables.

 “El continente africano está sufriendo de forma desproporcionada los efectos del calentamiento global, a pesar de haber hecho poco para provocarlo. Existe una gran desigualdad entre los países emisores y aquellos más vulnerables a este fenómeno global. Por ello, la justicia climática con África es fundamental para abordar este desafío global de manera equitativa”, ha subrayado.

Durante su presentación, Mira Salama ha realizado un breve recorrido por la situación actual de la legislación y los principales acuerdos climáticos a nivel internacional. Asimismo, ha llamado a la reflexión para “comprender cómo nuestras decisiones pueden marcar la diferencia en el camino hacia un futuro más sostenible y resiliente frente al cambio climático”.

Cambio climático e igualdad de género

Con más de 30 años de experiencia como profesional en el área de medio ambiente en Ihobe, Mª Mar Alonso  ha centrado su intervención en el cambio climático desde la perspectiva de género.

Alonso ha destacado que “la desigualdad de género impacta en mayor medida en las mujeres, y genera oportunidades distintas de cara a hacer frente al cambio climático”.

Según la directora del Área de Acción Climática de Ihobe “la transversalización del género se debe extender a todas las políticas públicas. Las políticas medioambientales, igual que el resto de las políticas, no son neutras al género y pueden perpetuar las desigualdades si no convergen con las políticas de igualdad. Justicia de género y justicia climática deben ir de la mano. De esta forma, las políticas de acción climática podrán ayudar a eliminar las desigualdades”.

Finalmente, se ha referido a un estudio realizado en Euskadi en el que se han definido una serie de cuatro retos y una veintena de acciones que permitirán integrar las políticas transversales de igualdad y cambio climático.

Impactos en términos de pobreza, seguridad alimentaria y migraciones

Por último, Macarena Larrea, investigadora en el Laboratorio de Energía y Medio Ambiente de Orkestra- Instituto Vasco de Competitividad, de la Universidad de Deusto, ha puesto el foco en algunos de los impactos que afectan de manera especial a la población más vulnerable: pobreza, seguridad alimentaria y movimientos migratorios.

“La explotación de recursos naturales renovables y no; la ocupación del espacio (para actividades agrícolas, ganaderas, de alojamiento, transporte, industria, etc.) con la consecuente pérdida de biodiversidad; las emisiones de contaminantes (sólidos, gaseosos, líquidos) que perjudican la calidad de la vida (no solo la humana), no son sino ejemplos que se suman a las crecientes emisiones de gases de efecto invernadero, cuyo impacto se está empezando a hacer notar y sobre el que los expertos llevan tiempo preocupados y lanzando señales de aviso”, ha alertado Macarena Larrea.

“De lo que se trata es de presentar acciones para evitar que los principales efectos recaigan sobre colectivos más empobrecidos del mundo, tratando de llevar el principio del Pacto Verde Europeo ‘no ocasionarás daños’ en el proceso de transición más allá de las fronteras comunitarias”, ha concluido.