Efeméride • 27 de abril de 2020
Exhumación de los restos de Sabino Arana al día siguiente del bombardeo de Gernika
Se trataba de evitar que la tumba fuera profanada por las tropas franquistas en su incontenible avance.
El 27 de abril de 1937, día siguiente del trágico bombardeo de Gernika, se congregaron en el cementerio de Sukarrieta varios dirigentes nacionalistas con la intención de exhumar los restos de Sabino Arana, para evitar que la tumba fuera profanada por las tropas franquistas en su incontenible avance.
Entre los quince asistentes al acto se encontraban, Juan Ajuriagerra, Doroteo de Ziaurritz, Lucio Artetxe, Ceferino de Jemein y Manuel Sainz de Taramona. Tras jurar solemnemente guardar secreto de lo acontecido allí, los restos de Sabino Arana se introdujeron en una urna de zinc y esta a su vez en una caja de madera. También depositaron un tubo de cristal con un acta de lo ocurrido aquella noche, firmada por todos los presentes.
Se hizo creer que los restos fueron a parar a la casa natal del Beato Garikoitz en Ibarre (Benabarra), pero allí solo se depositaron unos pocos fragmentos, que posteriormente se trasladaron a Betharran.
Lo cierto es que la mayor parte de los restos de Sabino Arana fueron sepultados en el panteón de la familia Manuel Sainz de Taramona, en el cementerio de la Herrera, en Zalla. Adjuntamos el acta firmada por todos los presentes en la exhumación, dos días después en Sabin Etxea.