Nota de prensa • 18 décembre 2025
Una lengua no se pierde por culpa de la inmigración
Euskaltzaindia y Sabino Arana Fundazioa han organizado hoy, Día Internacional de las Personas Migrantes, una jornada que pretende reivindicar el euskera como elemento clave
Los migrantes que han venido a Euskadi durante los últimos años han sido los protagonistas de la jornada que Euskaltzaindia y Sabino Arana Fundazioa han organizado bajo el título Hizkuntza harrerarako ardatz batzuk (Algunos ejes para la acogida lingüística). El encuentro ha tenido lugar hoy, Día Internacional de las Personas Migrantes, en la sede de la Fundación Sabino Arana (Bilbao). Arantxa Tapia, presidenta de Sabino Arana Fundazioa, y Andrés Urrutia, presidente de Euskaltzaindia, han sido los encargados de dar la bienvenida a los invitados y ponentes.
Desde una perspectiva demográfica, social y económica, es evidente que la inmigración juega un papel fundamental en la configuración actual y futura de la Comunidad Autónoma Vasca. Por tanto, tratándose de un fenómeno estructural, resulta imprescindible situar las necesidades y expectativas de esta población en el centro del proceso de diseño de la comunidad a todos los niveles, especialmente en las políticas públicas, lo que permitirá configurar una sociedad más cohesionada, justa e inclusiva. Así, el objetivo del seminario de hoy ha sido abordar las posibilidades y dificultades que los migrantes suelen detectar para vivir en un ámbito geográfico y cultural desconocido en cuanto a lengua, cultura, etc. Investigadores, profesores universitarios y representantes de diferentes asociaciones de migrantes han participado en la jornada.
Aunque el fenómeno migratorio es relativamente reciente en el País Vasco, ha vivido una gran transformación. Según los últimos datos del INE, a 1 de octubre de 2025, había 333.009 personas nacidas en el extranjero empadronadas en la CAV, el 14,8% de la población total. Así, en los últimos 22 años, la población de origen extranjero se ha cuadruplicado en los tres territorios. Junto a ello, en la medida en que el fenómeno migratorio es un proceso dinámico, los flujos migratorios son cada vez más diversos y su crecimiento no ha sido homogéneo en todas las etapas. Es decir, la población vasca está cambiando rápidamente. De hecho, ha sido Julia Shershneva, directora del Observatorio IKUSPEGI y profesora agregada de la Universidad del País Vasco (EHU), quien ha aportado estos datos del actual mapa migratorio. Además de las cifras, Shershneva ha ofrecido otros datos importantes: la edad de los migrantes que han llegado a la CAV, sus países de origen...
A continuación, el catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad del País Vasco (EHU), Alberto López Basaguren, y el profesor e investigador de la Universidad de Deusto, Eduardo Ruiz Vieytez, han expuesto en la sede de SAF las bases filosófico-políticas para una guía práctica que pueda posibilitar la concurrencia de lenguas. Entre ambos han analizado las vicisitudes que ha vivido el euskera en las últimas décadas y luego han abordado la actual situación, en tono agridulce. En este sentido, reconocen lo evidente: que casi 50 años después de la proclamación oficial del euskera, son los euskaldunes quienes sufren en su país continuos ataques contra sus derechos lingüísticos; y que el castellano es una lengua franca, dominante y la primera que se presenta con carácter oficial. «Sin caer en la desesperación, tenemos que avanzar», han añadido ambos profesores, «con profundas reflexiones y estableciendo planificaciones concretas». Dicen que la inmigración es absolutamente necesaria porque nuestra sociedad envejece y ha retrocedido demográficamente de forma considerable. Pero, en su opinión, esto no va a afectar mucho a la vitalidad del euskera («la inmigración no es el principal problema del euskera, una lengua no se pierde por culpa de la inmigración»). Para ellos, el mayor cambio vendrá de las nuevas formas de relacionarse: «La convivencia de diferentes lenguas en una misma sociedad es irreversible y genera debates éticos y políticos sobre cómo debe regularse en público esa diversidad. En este contexto surge el concepto de Justicia Lingüística». No obstante, han dejado claro que la principal amenaza contra el euskera no es la inmigración: «La inmigración hay que verla como una oportunidad para fortalecer la propia comunidad a largo plazo (...) La principal amenaza -subrayan- proviene de los cambios sociales derivados de la tecnología, junto con nuestro nivel de bienestar relativamente elevado. El uso del euskera ha disminuido, sobre todo por la desviación de los hábitos lingüísticos de los euskaldunes».
Han reconocido que el futuro del euskera es complejo, tanto como el de cualquier lengua minoritaria, así como el de algunas lenguas estatales. «El poder político que podemos tener es limitado y no es fácil establecer políticas lingüísticas que supongan un gran progreso, cuando lo obvio ya está pensado y establecido; y más cuando parte de las medidas posibles pueden ser rechazadas por un sector importante de la sociedad y por algunas instituciones», advierten. Y concluyen desgranando tres factores a desarrollar en el progreso: «En primer lugar, hay que luchar democráticamente por tener el máximo poder institucional a favor del euskera. En segundo lugar, es necesario incorporar la inmigración al mundo del euskera a través de un proyecto político y social atractivo y abierto. En tercer lugar, cada vez es más necesario euskaldunizar la tecnología, seguir invirtiendo y trabajando en ella y, sobre todo, seguir popularizándola y utilizándola dentro de la comunidad lingüística (...) En definitiva, hace falta más poder, más personas y más tecnología».
Por su parte, Larraitz Zumeta, investigadora del Observatorio IKUSPEGI, ha detallado las características de las redes sociales de inmigrantes. Las últimas encuestas indican que el asociacionismo de migrantes está actualmente en proceso de consolidación, pero la resiliencia de este ecosistema no oculta su fragilidad estructural. Los estudios señalan que la escasez de recursos, la dependencia de las convocatorias públicas anuales y la falta de estabilidad en los apoyos institucionales condicionan el tejido asociativo migratorio. «Hoy las experiencias migratorias plantean retos, sí, pero Euskadi es un territorio que abre oportunidades, un país que permite repensar las formas de hacer valer la convivencia, la justicia social y la ciudadanía. Así, se están creando prácticas de cuidado, organización y pensamiento que enriquecen las formas de configurar nuestra sociedad desde las aristas, desde el ámbito comunitario y en términos de autogestión. Pero para reforzar estas iniciativas hay que representar estructuras más porosas, sensibles y capaces de asumir la complejidad de lo diverso», ha reclamado Zumeta.
También han participado en el seminario Amelia Barquín, profesora e investigadora de Mondragon Unibertsitatea (HUHEZI); Nora Palmitano, técnica de euskera de Zestoa; Iker Barbero, profesor agregado de la UPV/EHU; Celeste Agüero, profesora y consultora migratoria; Mamadou Saar, responsable de Ndank Ndank Elkartea y Mónica Quiroz, presidenta de Ideasur Elkartea de Gernika-Lumo.
Sabino Arana Fundazioa ha recogido las aportaciones de la mayoría de los expertos en el último número de la revista Hermes, nº 82..