Nota de prensa • 10 novembre 2025
Innerarity y Bustince coinciden en que la ética del dato y la regulación pública son imprescindibles
El filósofo y el científico han analizado en Sabino Arana Fundazioa el impacto de la Inteligencia Artificial en la democracia, la creatividad y la sostenibilidad.
Innerarity y Bustince coinciden en que la ética del dato y la regulación pública son imprescindibles.
Daniel Innerarity, catedrático de Filosofía Política, autor de «Una teoría crítica de la inteligencia artificial», investigador y ensayista; y Humberto Bustince, catedrático de la Computación e Inteligencia Artificial, investigador, divulgador y docente, han analizado hoy en Sabino Arana Fundazioa los retos y oportunidades de la inteligencia artificial desde una perspectiva ética y humanista. El objetivo del encuentro, moderado por la periodista Miriam Duque, ha sido generar un espacio de reflexión crítica y multidisciplinar sobre el papel que la inteligencia artificial desempeña -y debería desempeñar- en nuestras sociedades.
Desde la filosofía política y la ciencia computacional, Innerarity y Bustince han debatido sobre los principales retos éticos, sociales y políticos que plantea esta tecnología, que avanza más rápido que nuestra capacidad para regularla y comprenderla.
Una inteligencia que simula, pero no comprende
Innerarity ha subrayado la necesidad de «clarificar conceptos» en el debate público sobre la IA: «Lo que hacen las máquinas es procesar datos y generar correlaciones estadísticas, sin conciencia ni comprensión del contexto». A su juicio, la diferencia entre resolver problemas estructurados —donde la IA puede destacar— y afrontar dilemas humanos, que requieren interpretación y juicio, resulta esencial. «Sin datos no hay soluciones, pero sin interpretación contextual los datos tampoco bastan», resume.
Por su parte, Bustince ha explicado que «la IA intenta simular la inteligencia humana, pero no la reproduce». «Mientras el cerebro humano selecciona la información relevante, la IA necesita millones de ejemplos para aprender», señala. Además, recuerda que la IA actual «no contempla la excepcionalidad ni predice la discontinuidad en la creatividad».
Ética del dato, gobernanza y sostenibilidad
Ambos ponentes coinciden en que la ética del dato y la regulación pública son imprescindibles. Innerarity defiende una cogobernanza que combine responsabilidad empresarial, criterios éticos y decisión política: «La privacidad digital debe entenderse como un bien colectivo cuya protección requiere instituciones democráticas fuertes». En su opinión, «delegar decisiones en sistemas opacos puede debilitar la deliberación democrática; la tecnología debe estar al servicio de lo público, la inclusión y el pluralismo».
Bustince, por su parte, llama la atención sobre los límites energéticos y la necesidad de más inversión en investigación: «El coste energético de reproducir algo semejante al cerebro humano sería inviable. Además, necesitamos más recursos para impulsar proyectos de IA adaptados a nuestros contextos locales».
Pensamiento crítico ante la revolución tecnológica
Innerarity ha concluido asegurando que «la regulación de la inteligencia artificial no es una opción, sino una necesidad, que debe acompañarse de formación, pensamiento crítico y más inversión».
Bustince, por su parte, ha añadido una advertencia: «Estas herramientas pueden ser lo mejor o lo peor para la humanidad. Por eso necesitan control y reflexión colectiva».