Nota de prensa 20 décembre 2022

Las mujeres como vehículo de transmisión de los valores nacionalistas vascos

Durante la Guerra Civil, en la clandestinidad, en el exilio y en la Transición, las mujeres jugaron un papel imprescindible transmitiendo el ideario nacionalista vasco y la identidad vasca, impartiendo clases de euskera, de bertsolaritza o de danzas, ayudando a los presos y en la retaguardia o como medio propagandístico.

En el marco de las jornadas que anualmente organiza Sabino Arana Fundazioa con el fin de reivindicar la memoria de las distintas manifestaciones culturales vascas, este año hemos analizado el papel de la mujer como agente y vehículo de la transmisión de los valores nacionalistas vascos a través de la cultura, los movimientos sociales, políticos, etc.

La jornada se ha celebrado bajo el título “Nacionalismo vasco en femenino” (Emakumeak aberrigintzan). Tras las palabras de bienvenida de Mireia Zarate, presidenta de Sabino Arana Fundazioa, Roman Berriozabal, diplomado en Magisterio y autor de numerosas publicaciones relacionadas con el nacionalismo vasco, ha explicado el contexto en el que se constituyó Emakume Abertzale Batza (EAB) en Bilbao el año 1922, y los primeros pasos de la agrupación jeltzale femenina en Vitoria-Gasteiz, allá por junio de 1923.

Seguidamente, en el marco del camino emprendido por las emakumes tras la proclamación de la República, Berriozabal ha dado a conocer la implantación territorial de EAB en Álava, la naturaleza de las actuaciones más significativas llevadas a cabo por la agrupación nacionalista femenina, así como la identidad de algunas emakumes. Toda la exposición ha sido acompañada por el visionado de numerosas fotografías inéditas.

Karmele Perez, doctora en Pedagogía y profesora e investigadora de EHU-UPV,  ha señalado que “haciendo un breve repaso a la historia de la educación de Euskal Herria, se constata la importancia de las mujeres abertzales en la socialización de las nuevas generaciones”.

“Algunas de estas mujeres, trabajaron en las ikastolas como andereños, y por su implicación en la recuperación del idioma y cultura vasca, dotaron a esta figura de una idiosincrasia propia”, ha subrayado.

La pedagoga ha recalcado que la dictadura franquista supuso “una ruptura de su labor educativa, marcando un claro antes y después de características sociopolíticas diametralmente opuestas”.

Begoña Bilbao, investigadora de la EHU-UPV en el mismo equipo que Karmele Perez e, igualmente, doctora en Pedagogía, se ha referido al servicio que ofreció la organización de enfermeras Euzko Gexozañ Bazpatza.

“La atención sanitaria constituida por Emakume Abertzale Batza tuvo un desarrollo muy importante en un corto período de tiempo. En 1932 EAB había ya organizado diversos cursos destinados a las enfermeras tanto en Bilbao, como en Donostia o Algorta. Destacan la apertura del primer dispensario, la consulta pediátrica y la organización de la Euskal Cruz Roja. En 1934 se constituyeron legalmente en asociación de enfermeras para poder intervenir de pleno derecho en sus actividades, además de conseguir la correspondiente identidad jurídica”, ha recordado.

Aunque las enfermeras dieron comienzo a su actividad atendiendo a los abertzales y a los familiares de los solidarios (ELA), su servicio resultó indispensable para la atención de los gudaris en la guerra. “La asociación médico-sanitaria Euzko Gexozañ Bazpatza trabajó al servicio del Departamento de Defensa. La Sanidad Militar, en la cual estaban incluidas las enfermeras, la integraban nada menos que 4.000 miembros. Su labor consistió en la planificación y en la atención de la red de asistencia, tanto desde los hospitales de vanguardia como desde los de la retaguardia. Asimismo, acompañaron a los niños y niñas al exilio, prestando con posterioridad su ayuda en los hospitales de Iparralde y en Catalunya”, ha afirmado.

Por su parte, la intervención de la periodista y antropóloga Mónica Calvo se ha centrado en la represión contra las mujeres durante el franquismo.

Calvo, que está estudiando la represión penal de las mujeres en Bizkaia en la posguerra, ha afirmado que “el final de la guerra civil implicó una actuación punitiva por parte de los vencedores contra las mujeres, siendo condenadas por una multiplicidad de transgresiones de género vinculadas a su protagonismo en la esfera pública y sus actitudes políticas. Así, muchas serían encarceladas por su mera condición de mujer”.

En este sentido ha recordado que las vecinas de Bizkaia, inicialmente en la Prisión Provincial de Bilbao y en el Chalet Orue, tras recibir sentencia, eran enviadas a prisiones centrales de cumplimiento de condena como Saturraran, Durango o Amorebieta. “Sus historias nos hablan de condiciones de vida deplorables, de enfermedad, hambre y sufrimiento, pero también de lucha y resistencia”, ha destacado.

Mª Esther Solabarrieta, licenciada en Biología e hija y nieta de exiliados, se ha referido a la incansable labor de las mujeres vascas en el exilio de Venezuela. Tras recordar que su abuelo paterno fue alcalde de Ondarroa (Bizkaia) y el materno, primer consejero de Industria del Gobierno del Lehendakari Aguirre, Solabarrieta ha narrado recuerdos de las mujeres que conoció en el Centro Vasco de Caracas, en EAB, en la Ikastola "Euzkadi-Venezuela" con 118 niños, de las locutoras de la clandestina “Radio Euzkadi-La Txalupa”, así como de su ama, "niña de la guerra" y secretaria en Venezuela del fundador de la OPEP (Organización Países Exportadores de Petróleo), “mujeres que realizaron un esfuerzo único, con vidas verdaderamente novelescas”, ha destacado.

Nagore Garamendi, actriz y experta en formación, comunicación y gestión de moda, nieta de la histórica Alicia Aretxabaleta, de EAB, ha recordado el trabajo realizado por su abuela. Y es que Alicia de Aretxabaleta Mendia, tuvo un papel destacado en la vida cultural de la villa de Bilbao como actriz dramática, interpretando las obras del dramaturgo Alfredo de Etxabe y siendo la primera mujer violinista en la Orquesta Sinfónica de Bilbao (BOS), donde hizo sonar sus cuerdas durante once años. “Por si esto fuera poco, estudió y ejerció como maestra, aprendió euskera de la mano de Evaristo Bustinza "Kirikiño" y fue nombrada en dos ocasiones como secretaria de la formación Emakume Abertzale Batza”, ha destacado Nagore Garamendi.