Nota de prensa 21 octobre 2022

La construcción compartida del relato y el establecimiento de un suelo ético, prioritarios para construir una convivencia inclusiva

Juan Mª Atutxa y Paul Ríos analizan la transformación en la convivencia de la sociedad vasca once años después de que ETA anunciara el final de la violencia.

Ainara Zelaia, Paul Ríos, Juan Mª Atutxa, Bingen Zupiria  y Mireia Zarate. Ainara Zelaia, Paul Ríos, Juan Mª Atutxa, Bingen Zupiria y Mireia Zarate.

Juan Mari Atutxa, consejero de Interior (1991-1998), presidente del Parlamento Vasco (1998-2005), y presidente de Sabino Arana Fundazioa entre 2005 y 2020; y Paul Ríos, abogado, activista por la paz y los Derechos Humanos y excoordinador de Lokarri, han participado hoy en el segundo de los encuentros del ciclo “Las grandes transformaciones que se han desarrollado en Euskadi”, que organiza Sabino Arana Fundazioa. Atutxa y Ríos han analizado la “Transformación en la convivencia”, una convivencia que durante 50 años estuvo condicionada, entre otras, por la actividad armada de ETA.

En la presentación de la jornada, Mireia Zarate, presidenta de Sabino Arana Fundazioa, se ha preguntado si las nuevas generaciones conocen la existencia de ETA y si saben qué supuso para Euskadi su prolongada actividad durante 50 años.

“Lo que está claro es que muchos de los jóvenes de hoy en día desconocen lo vivido por esta sociedad durante décadas, mientras que las generaciones que sufrieron el terrorismo de ETA tienen muy presente el paso histórico que se produjo hace 11 años. Por ello, es muy necesaria la construcción compartida del relato y el establecimiento de un suelo ético”, ha afirmado.

En su intervención, “Crónica de mi lucha conra ETA”, Juan Mª Atutxa ha asegurado que “ETA no fue una organización revolucionaria porque sus métodos, objetivos y deriva totalitaria son tan antiguos como las patologías de todas las dictaduras. Y como todas, tuvo un aparato militar y un aparato de propaganda. El primero intentaba matar, extorsionar, robar, amenazar y aterrorizar a los ciudadanos. El segundo trataba de presentar el totalitarismo y el aparato que se montó para mantener una estructura cada vez más aislada e ineficiente de la realidad como una lucha por la liberación nacional”.

Quien fuera consejero de Interior entre 1991 y 1998, años verdaderamente duros en la actividad armada de ETA, ha destacado que ”el trabajo ante esta maquinaria de mentiras y manipulaciones fue tan importante para acabar con ETA como el que se desarrolló contra sus infraestructuras operativas”.

Por su parte, Paul Ríos, ha afirmado que ”a lo largo de los 11 años transcurridos desde que ETA anunció el final de la violencia se han producido avances en el proceso de construcción de la paz en Euskadi, pero queda mucho por hacer para tratar de mitigar el sufrimiento padecido por las víctimas y para construir una convivencia inclusiva”

“Afrontamos el reto de asentar las bases para que en el futuro no se repitan los escenarios de violencia y vulneraciones de derechos humanos que hemos padecido en el pasado”, ha señalado.

En este sentido, ha destacado “los consensos éticos, el relato y la memoria de lo sucedido como elementos básicos sobre los que garantizar una convivencia pacífica donde los conflictos se resuelvan de forma democrática y constructiva”.